El helado surrealista

Ayer viví una de las experiencias más aterradoras e intensas de mi vida: me sacaron las cuatro cordales. Fue muy doloroso y hasta un poco humillante, eso de permanecer 2 horas con la boca abierta sintiendo como ocurre una guerra en ese lugar que generalmente uso para sentirme feliz fue verdaderamente escalofriante.

Lo único bueno del asunto es que el día anterior a la intervención, tuve una magnífica excusa para hacer 2 litros de helado para mí solita. Y digo hacerlo porque soy una enamorada del helado y una enemiga de las marcas comerciales más populares, siento que me traicionaron, antes un helado comercial era una delicia, hoy es un patético remedo, así que prefiero hacerlo yo. Amo la dulce cremosidad glacial con la que solía desayunarme los domingos en la cama de mis papás, no se me ocurre un alimento más optimista, festivo y lúdico que un helado.

Hice 1 litro de helado de miel y otro de vainilla con fresas de la Colonia Tovar, y fue lo primero que comí luego la guerra bucal; fue desalentador, con la lengua medio dormida y varios dolores confusos en toda la boca, el helado, que el día anterior me dejó absolutamente feliz, me parecía una deformación de original, como aquellos relojes de Dalí que se derriten

Hoy, ya un poco desinflamada, recuperando algo del sentido del humor ausente por los dolores y con hambre de cosas ricas que me hagan sentir contenta otra vez, estoy comiendo helado, el original, el de verdad, el que me hace pensar en mis amigos de la infancia y en la niñita que llevo dentro a quien le gusta que la consientan.

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2 probaron y opinaron:

Benedetto dijo...

Encantador Post! Jejejeje

Me recuerdas que voy para el patìbulo la pròxima semana

( God Damn! )

Besos / Felìz año!

Beny:->

Anónimo dijo...

Pués a Dios gracias todo salió bien, digo salieron las 4 cordales!

Ayer te extrañamos en la cita semanal con ROC. Recupérate pronto

Un beso,

Mitchele Vidal