Me gusta cuando callo

Pensando en Pablo Neruda y robándole su idea


Me gusta cuando callo porque estoy como ausente, y me pierdo en recuerdos y sueños de nubes.

Me gusta callarme, una vez cada tanto, para poder dejar hablar a la voz interna que se asusta con la voz de mi garganta.

Me gusta también callarme en el cine, en las peluquerías y en los estacionamientos. En los mercados mientras elijo las cebollas y los ajíes, es mi lugar y momento favoritos del silencio.

Callarme, muchas veces me ha salvado de dolores. Callarme ha sido mi as bajo la manga, porque nadie se lo espera.

Me encanta callarme y adivinar el sonido de reggae de mi sístoles y mi diástoles. Me gusta callar y al fin, escuchar el borboriteo de mis neuronas tratando de ponerse de acuerdo.

Me gusta, callada, ver como crece la grama, como mis gatos juegan, como mi vida pasa.

Callarme me gusta, el silencio me acompaña.

Callarme me gusta... Pero no todo el tiempo.

3 probaron y opinaron:

Lin dijo...

Me gustó esta reflexión compartida, la sensibilidad de tus palabras y encontrarme yo misma también en mis silencios.
Saludos.

Karina Pugh Briceño dijo...

Muchísimas gracias, Lin. Que bello comentario.

Hugo Marichales dijo...

Una variante, querida Karina, si bien menos filosófica o poética, pero a mi juicio muy apropiada para esta página, podría ser la siguiente:
Me gusta cuando callo… ¡a la madrileña!
Como siempre…

Hugo Rafael