Murió el dictador
Recuerdo que cuando era una niña, en los años 70´s, mi mamá recibió en casa a una chica chilena que huía de la dictadura. Recuerdo que a mi abuela no le gustaba porque opinaba que tenía pensamientos muy liberales, a mi me parecía muy bonita, con ojos grandes y siempre maquillados; ella siempre me consentía.
Y ella forma parte de los chilenos que guardo en mi corazón, Pablo Neruda (quien me enseñó a enamorarme), Gabriela Mistral, Isabel Allende con sus espíritus y su recetario, el ingenioso y divertidísimo Antonio Skármeta y su Postino, el valiente Victor Jara... Y por supuesto la música del Quilapayún y de Violeta, Isabel y Angel Parra, con la que mis padres arrullaron mi infancia.
Hoy se cierra un ciclo de dolor en Chile con la muerte del dictador, del asesino, del ladrón.
Tarde llegó la justicia; la enfermedad, la demencia y la muerte se adelantaron; tal vez sea necesario que la justicia en latinoamérica camine más rápido, que abandone la modorra, que se quite la venda de los ojos y mire, de una buena vez por todas, la realidad.
Recuerdo que cuando era una niña, en los años 70´s, mi mamá recibió en casa a una chica chilena que huía de la dictadura. Recuerdo que a mi abuela no le gustaba porque opinaba que tenía pensamientos muy liberales, a mi me parecía muy bonita, con ojos grandes y siempre maquillados; ella siempre me consentía.
Y ella forma parte de los chilenos que guardo en mi corazón, Pablo Neruda (quien me enseñó a enamorarme), Gabriela Mistral, Isabel Allende con sus espíritus y su recetario, el ingenioso y divertidísimo Antonio Skármeta y su Postino, el valiente Victor Jara... Y por supuesto la música del Quilapayún y de Violeta, Isabel y Angel Parra, con la que mis padres arrullaron mi infancia.
Hoy se cierra un ciclo de dolor en Chile con la muerte del dictador, del asesino, del ladrón.
Tarde llegó la justicia; la enfermedad, la demencia y la muerte se adelantaron; tal vez sea necesario que la justicia en latinoamérica camine más rápido, que abandone la modorra, que se quite la venda de los ojos y mire, de una buena vez por todas, la realidad.
Vivan las empanadas perfumadas con comino, los mariscos siderales, el curanto, el vino tinto y el manjar blanco... Viva el hirviente caldillo de congrio!!!!
ODA AL CALDILLO DE CONGRIO
En el martormentosode Chile vive el rosado congrio,
gigante anguila de nevada carne.
Y en las ollas chilenas, en la costa,
nació el caldillo grávido y suculento, provechoso.
Lleven a la cocina el congrio desollado,
su piel manchada cede como un guante
y al descubierto queda entonces el racimo del mar,
el congrio tierno reluce ya desnudo,
preparado para nuestro apetito.
Ahorarecoges ajos,
acaricia primero ese marfil precioso,
huele su fragancia iracunda,
entonces deja el ajo picado
caer con la cebolla
y el tomate hasta que la cebolla
tenga color de oro.
Mientras tanto se cuecen con el vapor
los regios camarones marinos
y cuando ya llegaron a su punto,
cuando cuajó el sabor
en una salsa
formada por el jugo del océano
y por el agua clara
que desprendió la luz de la cebolla,
entonces que entre el congrio
y se sumerja en gloria,
que en la olla se aceite,
se contraiga y se impregne.
Ya sólo es necesario dejar en el manjar
caer la crema como una rosa espesa,
y al fuego lentamente entregar
el tesoro hasta que en el caldillo
se calienten las esencias de Chile,
y a la mesa lleguen recién casados
los sabores del mar y de la tierra
para que en ese plato tú conozcas el cielo.
Pablo Neruda
Imagen 1
En el martormentosode Chile vive el rosado congrio,
gigante anguila de nevada carne.
Y en las ollas chilenas, en la costa,
nació el caldillo grávido y suculento, provechoso.
Lleven a la cocina el congrio desollado,
su piel manchada cede como un guante
y al descubierto queda entonces el racimo del mar,
el congrio tierno reluce ya desnudo,
preparado para nuestro apetito.
Ahorarecoges ajos,
acaricia primero ese marfil precioso,
huele su fragancia iracunda,
entonces deja el ajo picado
caer con la cebolla
y el tomate hasta que la cebolla
tenga color de oro.
Mientras tanto se cuecen con el vapor
los regios camarones marinos
y cuando ya llegaron a su punto,
cuando cuajó el sabor
en una salsa
formada por el jugo del océano
y por el agua clara
que desprendió la luz de la cebolla,
entonces que entre el congrio
y se sumerja en gloria,
que en la olla se aceite,
se contraiga y se impregne.
Ya sólo es necesario dejar en el manjar
caer la crema como una rosa espesa,
y al fuego lentamente entregar
el tesoro hasta que en el caldillo
se calienten las esencias de Chile,
y a la mesa lleguen recién casados
los sabores del mar y de la tierra
para que en ese plato tú conozcas el cielo.
Pablo Neruda
Imagen 1
1 probaron y opinaron:
(sin acentos)
Que bueno!!!!
Estas en todo, que maravilla de oda, no la conocia.
Para los chilenos debe ser en este momento como una deliciosa y reconfortante sopa de pavo el 25 de dic. para ese raton que dejan ciertas cosas.
Besos
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