Lero Lero.. Hernán es mi amigo

Entré al Facebook porque un amigo me dijo "Es de pinga... Te encuentras hasta con tus amiguitos del colegio". Esa posibilidad me volvió loca, le perdí la pista a gente querida y encontrarla me parecía realismo mágico.

Pero no sólo encontré a esa gente, encontré a los amigos de mis hermanos, a la mamá de otra amiga, a antiguos alumnos, a compañeros de la universidad, a gente que estudió cocina conmigo, a gente que no conozco pero que tienen mi apellido (lo cual es una experiencia nueva para mí).

Al principio me desconcertó: carteras, chucherías, flores, zapatos, tequeños, tortas y hasta camionetas 4 x 4 se regalan. Es el imperio de la fantasía, es una "telenovela" como me advirtió mi amigo: "Te enteras de todo lo que la gente hace todos los días", es una enorme plaza donde la gente muestra sus fotos, se encuentra con los panas, se felicita por el cumpleaños y se mantiene al día, calmando la culpa de no haber llamado los últimos 20 años.

Yo agregué a mis viejos amigos, a mi familia, a algunos conocidos, pero siempre tuve, como un principio inalienable, no agregar ni dejar que me agregara, ningún extraño.

Pero hoy... Hoy...

Visito regularmente un blog, que me parece el mejor de todos los que he visto, que me alegra la vida cada vez que se actualiza, que me hace reír y verme en un espejo, que casi escucho en perfecto acento argentino: Orsai. Y curucuteo en los comentarios, pues a veces los visitantes generan tantas maravillas como su creador, y me encuentro una sorpresa, Karen de Uruguay deja escrito: "Todavía estoy en la luna por haber chateado contigo en www.facebook.com".

¿Hernán Casciari está en Facebook? ¿En Facebook, mi primera parada matutina, mi plaza para encontrarme con los panas, mi lugar para mandar cumpleaños felices? Voy a buscarlo.

Y hélo ahí:

Hernán Casciari
Sexo: Hombre
Ciudad de Nacimiento: Mercedes, Argentina

Y me pregunto ¿cometo la cursilería de invitarlo a ser mi amigo? ¿me contengo conformándome con la idea de que así como nunca le escribí a García Márquez ni a Scorsese ni a Madonna, a éste también lo debo dejar en el santuario de los que quiero mucho pero no conozco? ¿Le escribo y le aclaro que soy una imbécil que sólo por leer y gozar su blog me siento con el derecho de decirle amigo?

Opté por la tercera.

El amable Hernán (que debe estar hasta la coronilla de que le digan lo mismo que yo) me aceptó como amiga y todos felices.

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