Los ganadores de Estampas

La revista Estampas premia todos los años a cocineros aficionados que exponen sus recetas a concurso. Hace 2 años, mi queridísima ex alumna Mariajota del Castillo quedó como finalista con esta maravilla de ensalada de remolacha, piña y nueces.

Este año, los organizadores del evento lanzaron un reto: los platos debían ser deconstrucciones.

La ganadora de primer lugar es Rosa del Valle Díaz, con su versión del Tarkarí de chivo.

Me parecieron interesantísimas y valientes las propuestas de Claudia Trincado (cuarto lugar) con sus tequeños de pabellón y la auyama rellena de Laura Rejón (Mención especial como plato más original y creativo).

Una vez oí a un experto en paradigmas decir, que los verdaderos innovadores, los que proponen cosas originales, nunca son los especialistas en el tema, siempre son los que están afuera y que, con una mirada fresca y desprejuiciada, son capaces de aportar ingenio y soluciones. Felicidades a los que participaron, a los finalistas y a la flamante ganadora.

Se sube como la espuma

Los pioneros, esos seres intrépidos, arreisgados y visionarios, abren el camino a los demás, quienes tranquilamente, esperan a que hayan sendas delineadas para no perderse.

Ferrán Adriá es un pionero. El hombre saltimbanquió de técnica en técnica, de proceso en proceso, para llegar a lo que tiene hoy: no sólo una abultada cuenta bancaria, sino la certeza de haber hecho algo que jamás, nadie, había hecho vestido con una filipina y un delantal. Empezó deconstruyendo, convirtiendo en aire los sabores sólidos, haciendo espumas de vegetales y dejando boquiabiertos a sus comensales, que viven una sensación de haber asistido al "Cirque du Soleil" gastronómico. Hoy Sferifica lo que se le atraviese por delante y vende sus descubrimientos.

Los pioneros están condenado a ser imitados. Al ver el resultado, los que no crearon se sienten tentados a repetir, a copiar, y ahora hay espumas de cualquier cosa en cualquier restaurant. Los estudiantes de cocina aprenden a deconstruir y gelificar antes de saber hacer una arepa como dios manda.

Me consigo con este reportaje en la revista Selecciones del Reader´s Digest de Septiembre de 2007 en la cual Simon Thomsen "Crítico Gastronómico" (cualquier cosa que eso signifique) de The Sydney Morning Herald da su opinión acerca del pionero catalán y de la muchedumbre que lo copia:

La voces envidiables


Según el hollywoodense Dr. Aníbal Lecter, uno envidia lo que ve. Aprendí a cocinar porque no aguantaba la envidia que me producía la gente que mezclando cuatro cositas, podía hacerme tan feliz comiendo.

Yo envidio profunda y descaradamente esa capacidad de emitir sonidos magníficos usando como instrumento la caja toráxica y las cuerdas vocales. Lo envidio como nada, es mi más intensa y oscura ambición, mi más recóndito deseo. Pero la vida es sabia, afortunadamente no tengo ese don porque, de lo contrario, sería una diva: canto con un poquito de voz que me mantiene el ego en su lugar

He aquí algunas de las voces que envidio:

El Universo revela su magnificencia a través de la voz de María Callas

Alanis, baña de estrellas a su público mientras canta Uninvited

Tracey pide una razón con su intensa y profunda voz de chocolate amargo

Ana Torroja camina con su voz perfecta las palabras de los hermanos Cano en este prodigio de canción: Sentía


Y mi amada Janis, su tormento y su talento dicen que tal vez