Mi Sentido Favorito...

Soy una fanática de los sentidos, me encanta sentir.

Se que mi sentido menos favorito es la vista, me importa poco en muchas circunstancias, en otras me deleita, pero no entiendo como hay gente que no puede comer lentejas "porque se ven feas" o que piensan que un hombre es atractivo solo por como "se ve", cuando para mi, la belleza de las lentejas está en su sabor fuerte y en su textura amable y un hombre tiene que ser inteligente y de buen humor para ser físicamente atractivo.

El sentido del oído me hipnotiza, no oigo música cuando trabajo, porque, me distraería y me dedicaría en cuerpo y alma a escuchar. Me gusta, además, escuchar las palabras, tengo una obsesión con la voz, me cautiva el hecho de que algo, casi inmaterial, pueda ser tan contundente, o sino, oigan palabras bonitas de alguien que aman para que vean.


En cuanto a los aromas, siempre recuerdo a una profesora encantadora que tuve en la escuela de psicología de la central, cuando nos explicaba el origen de las emociones y nos hablaba del rinencéfalo, la zona cerebral de las emociones es la misma del sentido del olfato, “Cuando alguien se despecha y dice todo me huele a ti, está diciendo la verdad” me decía mi querida y añorada Claudina. Eso me hace pensar que el aroma es emoción y viceversa. Siempre recuerdo a mi tía Ligia cuando alguna chica que usa “aire de los tiempos” pasa cerca de mí, pero no solo recuerdo a mi tía, sino que evoco mi niñez y aquella intensa sensación de protección que sentía cuando ella estaba conmigo.

El sentido del gusto me vuelve loca, lo admito. Llevarme algo a la boca es lo mismo que sentir una explosión, percibo los sabores como fuegos artificiales, como terremotos, como sacudidas, como si estuviera montada en un columpio. Creo que me hice cocinera, no para cocinar, sino para comer, y me da el mismo placer una trufa que un mango de hilacha.

Pero mi sentido predilecto, es el tacto. La piel es el órgano más extenso del cuerpo, uno puede tener percepciones táctiles en cualquier lado, y en la experiencia gastronómica el tacto es un punto clave.

Si me como un helado de vainilla y lo comparo con un flan de vainilla (hechos ambos prácticamente con los mismos ingredientes) tendré experiencias gastronómicas completamente diferentes. La textura y la temperatura, son jugueticos de los cocineros para hacer feliz o miserables a los comensales, si una sopa deliciosa llega fría a la mesa, hay decepción, pero si la misma sopa se presenta humeante, la gente aplaude, la diferencia, unos cuantos grados de temperatura.

Toda esta reflexión a propósito de la magnífica entrevista al Antropólogo Sensorial (que envidia de profesión!!!) David Howes sobre los sentidos y sus distintas expresiones en todo el mundo


Disfrútenla