Tarea

Mi querida María Dolores me invitó a responder este cuestionario:


1. ¿Cuáles son los olores y sabores que te recuerdan la infancia?

Cuando era pequeña, mi abuela vivía en Maracay (una ciudad calurosísima), cuando llovía la ciudad se enfriaba y ella me hacía un té de ruda con leche; cada vez que huelo la ruda, me acuerdo de eso. La arepa con mantequilla y queso rayado, los almidoncitos, los ravioli con crema blanca, el queso pecorino, el mango, la torta fresier.

2. ¿Cuál es el personaje de alguna historia, novela, cuento o película que te hubiese gustado ser?

Me hubiera encantado ser ese romano que le dijo a Jesús “No soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanar”.
Hubiera sido feliz siendo Mary Poppins o Jessica Rabbit.

3. Si fueses mascota ¿cuál escogerías y cómo te gustaría que te trataran?

Un tigre de Bengala amaestrado. De esos que conviven con los humanos, se divierten con ellos, comen rico y juegan, pero que siempre están en la línea entre la mascota y el animal salvaje.

4. Alguna maña o manía que conservas aún después de grande.

Hago muchos gestos faciales. De chiquita me decían morisqueta.

5. Si volvieras a la adolescencia ¿qué aspecto de tu vida te hubiese gustado cambiar?

Uff… Yo si que cambiaría cosas. Quizás la angustia. Siempre he pensado que la adolescencia es una enfermedad que se cura con el tiempo. Si pudiera cambiar algo sería la angustia que siempre sentí con respecto al futuro.

6. ¿Cómo imaginabas tu vida cuando eras niño?

Estaba segura de que iba a ser obstetra.

7. ¿Alguna vez se te ha escapado algún sueño?, si son muchos ¿Cuál te hubiese gustado atrapar?

Me hubiera encantado seguir cultivando mi aspecto físico con el ballet. Soy una bailarina atrapada en éste cuerpo gordito… Jejeje

8. ¿Cómo te gustaría que te recordaran tus hijos?

Como alguien con quien aprendieron, se divirtieron, se sintieron respetados y les proporcionó tanto amor y seguridad que se dieron cuenta de que la vida es más fácil de lo que parece.

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“Pintar es como comer”
Ayer Tomás nos invitó al cierre de la FIA. Nos dimos un banquete de belleza, optimismo y disfrute, viendo lo mejor del arte de todas las Américas.
Me impresiono especialmente el colombiano Darío Ortiz, quien me hizo pensar que nada se esconde para un verdadero artista.
Pero la gran sorpresa fue encontrarnos a Ramón Chirinos. Amigo y compadre de mi esposo y uno de los artistas plásticos más prolíficos y talentosos de Venezuela.
Ramón, encantado de conseguirse con amigos, nos contó que la FIA había sido un éxito. En un país donde el arte parece estar relegado a un segundísimo plano, un espacio como la FIA, en el cual los artistas plásticos se pueden encontrar con el público, hambriento de belleza y dispuesto a robarle horas al tráfico, es una buena noticia.
Ramón, reflexionando sobre el apego del artista a su obra y las dificultades de algunos pintores para decidirse a vender sus pinturas nos dijo: “Pintar es como comer, lo disfrutas mientras lo haces; luego, la pintura es de los demás”.

Amigos, disfruten de las obras gastronómicas de Ramón Chirinos:

Cocina Solar

Siempre he pensado que lo que nos hizo Homo Sapiens fue habernos dado cuenta de que podíamos comer mejor si cocinábamos los alimentos (seguramente un arquitecto piense que lo que nos hizo Homo Sapiens fue habernos dado cuenta de que viviríamos mejor en casas construidas por nosotros mismos).
Creo que el ingenio gastronómico, aquél que se despierta no sólo para satisfacer el hambre, sino para hacer de la experiencia alimenticia un momento de goce y elevación, nos hace seres sensibles, empáticos, generosos y felices.
Y una de las formas más ingeniosas que he visto para cocinar ha sido utilizando la energía solar.
Resulta que a nosotros en Venezuela nos parece normal utilizar gas para cocinar; los norteamericanos piensan que es natural no sólo cocinar sus alimentos con electricidad, sino también lavar sus platos con ella. El mundo industrializado usa los recursos energéticos con bastante indiferencia, dándolo todo por sentado.
Pero en África, donde los recursos naturales se extinguen, al parecer sin remedio, un poco de calor para cocinar cuesta muchísimo, no sólo trabajo, sino leña, que viene de árboles que deberían seguir en pié si no queremos que la sequía y la deforestación acaben con el mundo.
Es por eso que gente ingeniosa y sensible ha desarrollado la cocina solar. En India, donde la pobreza va de la mano con la entrega espiritual, existe una cocina solar que alimenta a 18.000 personas diariamente.
En los Andes bolivianos, en Kenia, Burkina Faso, Jamaica, Cuba, Perú, Nicaragua, Nepal, Haití, Tanzania y otros lugares que no han sido aún referencia gastronómica mundial, están ocurriendo cosas que para mí son el inicio de la nueva cocina, la cocina ecológica, libre de contaminación y que, seguramente, desarrollará sus propios métodos de cocción, sus propios platos y su propia filosofía.

Para saber más: La cocina solar, Principios de diseño de la cocina solar, Fuego solar en África, Cocina solar para 18.000 personas en India, Cocina solar en español.

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