"Se ha colado un niche en la blanca sociedad"

Tengo muchas cosas maravillosas que contar sobre el Salón Interncional de Gastronomía que finalizó el pasado domingo 2 de Noviembre. Platos hermosos, cocineros magníficos, amigos entrañables, participantes entusiastas, organizadores talentosos. Muchas cosas que contar. Pero hoy me asaltan las ganas de comentar sobre el evento histórico-político del cual somos testigos: Barak Obama es el nuevo presidente de los Estados Unidos de América.

Las veces que he estado en los Estados Unidos he sentido emociones encontradas, mucha limpieza, mucho orden, muy buen comportamiento, mucha diversidad; mucha discriminación, mucha desigualdad, mucha comida chatarra, los extremos que se tocan. Mi abuelo fué un gringo simpático y tropicalizado que se vino a Maracaibo a trabajar en una empresa petrolera y al verle los ojos, verde perico, a mi abuela, se enamoró para siempre de la maracucha y su país. Nunca aprendió a hablar bien el castellano, pero nadie trabajó tanto como él por su comunidad "La Concepción"; mi primera referencia del norteamericano proviene él: enorme, rosado y sonriente, asfixiándose feliz del calor en el Zulia mientras contaba como su tierra, California, era el lugar más hermoso del mundo.

Hoy, ese pueblo que se alimenta de hamburguesas, parrilladas, nuggets, arroz instantáneo y cereales azucarados, elije para que los gobierne a un señor con suficiente melanina en la piel como para que, 60 años antes, se le hubiera prohibido entrar a una universidad (por decir lo menos).

Yo estoy sorprendida. Sabía que las encuestas lo favorecían, pero no podía creer que esa cosa tan poderosa que se llama "mayoría" se sobrepusiera a años y años de separatismo, resentimiento y estabilidad del "status quo", y volteara la tortilla con semejante malabarismo de la ideosincracia.

A mí, que todo lo que me huela a amplitud, diálogo, tolerancia, consenso y reconocimiento de la validez de otro, me gusta, creo que los norteamericanos han dado un paso enorme en la madurez de su concepto de país. Por alguna razón, desde ayer tengo entre ambas orejas la canción de mi amado Rubén Blades en la cual, en el colmo de la poesía, dice: "Se ha colado un niche en la blanca sociedad".