El back stage de un taller de cocina



Bueno... Mañana, a las nueve de la mañana, en Cocinart, comenzamos el Taller de Cocina Mediterránea. Prepararlo ha sido un ejercicio intelectual que tenía tiempo sin hacer (aquello de elegir las recetas, redactarlas, hablar un poco de la historia de cada una o de los datos curiosos de sus ingredientes).

Hoy "descubrí" al Mercado de Chacao. Mis compras cocineriles siempre las había hecho en el Mercado Guaicaipuro porque me encanta el lugar, pero esta vez decidí quedarme más cerca de mi casa y visitar ese lugar que me sorprendió, muy limpio, muy organizado y muy bien surtido. Conseguí dos rarezas: en uno de los puestos de especias encontré flores de lavanda (las cuales compré y modificaré una de las recetas para usarlas) y en un puesto que se llama "Frutas del Jarillo" conseguí unas mini guayabitas rojas dulces y ácidas y que con total descaro usaré en uno de los postres.

La nota negativa: recorrí varios sitios buscando leche y crema de leche... Sólo conseguí crema de leche importada a Bs 22.000 el litro.

Dar clases es una de las cosas que más disfruto en la vida. Creo que me conecta con una parte de mí que siempre se asombra, que le encanta descubrir la sabiduría en los demás y que le emociona compartir la pasión por la cocina. La verdad, cada vez que doy una clase, quien aprende más soy yo.
Mañana les cuento...

Caracas es un jardín

Pasé casi toda mi vida en Los Chaguaramos, muy cerca de la U.C.V, y siempre escuché a mis vecinos y a mi familia decir que teníamos suerte de vivir en una urbanización tranquila, céntrica y nutrida por el oxígeno que viajaba desde el Jardín Botánico.

Hoy, mi amiga Thamara Jiménez, con un escrito hermoso y conmovedor, nos relata aquí como es que Caracas está llena de árboles, flores y jardines en los nombres de las urbanizaciones, esquinas, barrios y avenidas. Un deleite de lectura (Thamara tiene el don de juntar las palabras más bellas con el sentido más profundo) y una forma dulce de acercarnos a esta ciudad que, a pesar de estar llena de cemento, también nos regala (literal y metafóricamente) mucho verdor vegetal.

Palma de Chaguaramo





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La ensalada más grande del mundo
En un pueblo español, cerca de la costa del sol, llamado Pulpí, recientemente se batió el récord Guinness en ensalada, preparándose 6.700 kilos con varios tipos de lechugas y tomates, pimientos, cebollas, aceitunas y un aderezo César. Esta preparación, que suena tan mediterránea, está compuesta por ingredientes de diversos orígenes.

Como el Domingo 7 de Octubre voy a dar mi Taller de Cocina Mediterránea, y como me encanta investigar sobre la historia de los alimentos y los platos, hoy voy a dedicar este post a los orígenes de los ingredientes de esta ensalada monumental.

Lechuga: No hay acuerdo. Unos dicen que es mediterránea, otros que es de la India y otros de Norte América. Su cultivo comenzó hace 2.500 años y era apreciadísima por persas, griegos y romanos.

Tomate: el rey de las Américas. Se disputan su paternidad los mexicanos, los peruanos y los chilenos. Los europeos se volvieron locos por él y hasta le adjudicaron beneficios afrodisíacos, los franceses la llamaron "pomme d´amour".

Pepino: Nació en el sur de Asia. Se extendió por India, Grecia y los romanos lo llevaron a todo su imperio.

Cebolla: Su orígen no está determinado. Asia y el norte de Africa son las tierras donde más probablemente se ubica su orígen. Los egipcios las amaban (igual que al ajo y al ajoporro) y los romanos la consumían en grandes cantidades porque creían que aumentaba la fuerza (y es verdad, una de las hortalizas más medicinales es la cebolla).

Aceituna: La reina del Mediterráneo. Sus orígenes están clarísimos y se adornan con la mitología griega que cuenta que la diosa Atenea enseñó a los griegos a cultivarla, cosecharla y extraer su aceite.

Pimiento: Otra disputa entre mexicanos, peruanos, bolivianos y chilenos. Mientras los mexicanos honran su convicción de que el pimiento (y toda su ardiente familia) nació en tierras mexicas consumiéndolo en enormes cantidades, los andinos sostienen que fué en sus frías tierras donde nació.

Aderezo César: Aunque suena muy romana y uno se sienta tentado a adjudicarle orígenes imperiales, la ensalada César tiene un nacimiento muy reciente y en tierras americanas. Su nacimiento se ubica en Tijuana a principios del siglo XX, Y hay al menos dos versiones: el chef Alessandro Cardini, crea esta ensalada en homenaje a su hermano Cesar que había fallecido y que en vida le había pedido que creara una receta con su nombre. La otra historia también es factible: Con los mismos protagonistas, en el Hotel Cesar Palace, en Tijuana, los hermanos Cardini, quisieron homenajear a unos artistas de Hollywood, en 1920, con la creación de esta ensalada.

En fin, que los sabores mediterrános clásicos están compuestos por productos originales de sus tierras y por otros llevados de lejos. ¡Viva el mestizaje!

Chef
es una plabra de cuatro letras

Para mí, Anthony Bourdain es un "sex symbol" porque lo tiene todo: inteligencia, sentido del humor, el don de la escritura y, además, es un hombre que cocina, (aunque tenga la musculatura de una libélula y se tatúe calaveras en el hombro).
¡Su aproximación a la comida es tan honesta y entusiasta! Es absolutamente feliz tanto con esa comida sencilla, llana y pura de los puestos callejeros o de las casa de familia de los países que visita como con la de Ferrán Adriá; simplemente lo amo.
Aquí conseguirán su blog, pero aquí podrán leer un post publicado en Julio de este año llamado "Chef is a Four Letter Word" en el cual describe lo que hay que tener y hacer para ser un chef.