Me impresiona leer que la cadena de comida rápida Mc Donald´s está muy preocupada por asociar su nombre a lo verde y la comida sana (¡es como querer asociar el smog a la buena salud!) y por tal razón han incorporado en varios de sus “restaurantes” mini gimnasios que sustituyen sus coloridos parques de toboganes.
Jamás me ha gustado Mc Donald´s, no sólo por lo agresivo para la salud que es, sino porque su propuesta gastronómica no es ni siquiera mediocre, para mí es como comer papel bond con un baño de cloro. La comida de Mc Donald´s no es solo basura por su carga calórica, sino por sus sabores plásticos y sus inútiles intentos de ofrecer limpieza a cambio de un mínimo de sazón.
Y me gusta menos ahora. Querer disfrazarse con el traje de la preocupación por la salud cuando ofrecen comida basura, guarnecida por la promesa de que allí encontrarán la felicidad, me parece como mínimo, despiadado. Si conservaran su identidad y no trataran de convencer a nadie de lo que no son, entonces, serían coherentes, este intento me parece desesperado y patético. Es simple, no me gusta que me mientan.
Cada vez que veo a un padre complacer a un niño embelezado con la idea de comerse una “cajita feliz”, cuando pudiera estarse comiendo una arepita o un sanduchito con queso, se me parte el corazón. No son arranques patrióticos, no creo que necesariamente la comida casera sea siempre mejor que la industrial (muchas veces es peor), lo que creo es que hay comida buena y hay comida mala, y la de Mc Donald´s es, para mí, la peor.
Ojala que el ejercicio agudice el paladar de los “habitués” de la comida basura.
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