Los hijos de mis amigos...




Mientras Manuel le da tetero a Nicolás, su hijo recién nacido, Carlos arma fachadas con pan de jengibre y hace bombones, ambos están en Miami y son mis amigos cocineros .

En el éxodo de jóvenes que se da en Venezuela de manera masiva desde hace algunos años, estos dos amigos queridos se fueron a cocinar en el bunker de los latinoamericanos en norteamérica, Miami.


Cuanto los extraño... Cuanto me gustaría compartir con ellos las dichas de sus hijos, uno de ojos negros y cachetes rosaditos, los otros de harina, especias y chocolate.

A veces pienso que uno trata a los platos que hace como hijos instantáneos y fugaces, les dedica atención, cuidado, disciplina y al final los suelta para que sean independientes y vayan a parar en las manos de otros.

Hoy estoy con las nostalgia a millón... Bendiciones de su tía en Caracas

1 probaron y opinaron:

Protheus dijo...

Los tiempos idos son gotas de agua que se unen: puedes beberlos todos de un trago, pero ya no saben igual.
la añoranza es la puñalada de un pasado que se niega a partir, hiriendo al presente que no puede vivir.
Y el tiempo pasa (solo puede gastarse), y el minuto marca la ausencia en la piel del olvido.