La escisión, la integración.

Sé que todos hemos pasado por esto.

Uno siente que está dividido, que es dos personas distintas. Un lado pide algo, el otro lo niega. Un corazón suplica, las manos lo ignoran. Un hemisferio cerebral corre con ímpetu hacia su meta, el otro sabotea arrojando piedras en el camino.

Es una situación humana, querer algo y tenerle miedo, llorar por algo y disfrutarlo al mismo tiempo.

Tarde o temprano, el alma grita por orden, por simplicidad, por unificación; y uno, luego de la batalla interna, vuelve a su estado natural: ser quien uno es y punto.

Hoy me encontré con este video que metaforiza hermosamente esta locura humana de ser y no ser.

Amigos, disfruten a Jerome Murat



P.D: Esa música celestial del principio del performance es una versión de “El Oboe de Gabriel”. La escribió Ennio Morricone para la película “La Misión”)

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