Fast food, really good?
La idea de comer parada me aburre, la calidad de la materia prima (con el argumento de bajos precios) muchas veces me parece ofensiva (con sus excepciones, como el puesto de hamburguesas y perros calientes “La Cotorra”, en la acera sur de la iglesia de la California Norte, que es una maravilla).
Los romanos, griegos y egipcios tenían su comida rápida: trozos de pan con aceitunas, dátiles, yogurt con miel y almendras; así que quien crea que los gringos son los papás de la idea, está equivocado.
Hoy en el periódico El Universal leo que se prohibió la utilización de salsas no industriales en los puestos de perros calientes, los choripanes y los pepitos, para duelo de más de un cocinero que al salir del restaurant, luego de trabajar con caviar, curry de Madrás y foie grass, salen desesperados a cambiar de contexto y de sabores y a reencontrarse con la humilde canilla rellena de carne en trocitos.
Los perreros protestan: “Tengo clientes que sólo vienen por la salta tártara que hago. Soy famoso por mi salsa, y si me obligan a eliminarla la gente se va a ir a comer a otra parte” dice Mauricio Nieves, quien trabaja en San Pedro.
Por un lado es vedad que muchas de esas “salsas” no son más que el caldo de cultivo de numerosos peligros, por el otro, es parte de nuestro acervo gastronómico urbano.¿Existirá alguna manera de proteger a los comensales sin desdibujar el carácter tradicional de esta estampa tan venezolana como es el perrero con su infinidad de salsas? ¿Por qué es más fácil aplicar la radicalidad que el consenso? ¿Por qué es tan difícil ponerse de acuerdo para que todos los involucrados nos sintamos satisfechos?. Ahora, los amantes de la salchicha y el pan con ajonjolí tendrán que conformarse con salsa de tomate, mayonesa y mostaza.
A propósito, el Centro Cultural Chacao inaugurará la exposición (fotografías, instalaciones, mural y otras expresiones artísticas) “Fast Food" el 30 de Abril a las 7:30 p.m. En la muestra varios artistas abordarán con sus miradas y sus técnicas el fenómeno de la comida rápida contemporánea. A veces las casualidades me espantan, un homenaje a la comida callejera en pleno conflicto con la bala fría.
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